El gobernador Hugo Passalacqua participó del acto central por el aniversario número 125 de la localidad de Cerro Corá, departamento de Candelaria, y entregó distinciones a primeros pobladores o descendientes de pioneros, todos de entre 80 y 90 años.
“Aquellos primeros habitantes, de hace 125 años y dos días, llegados de Venecia (Italia), vinieron acá a hacerse y hacernos un futuro; si hoy estamos acá disfrutando de este momento es gracias a ellos, que se tomaron el atrevimiento de soñar en grande y ustedes tuvieron la sabiduría, la tenacidad, la voluntad histórica de continuar con aquellos sueños y aquellos esfuerzos”, reconoció el gobernador en su discurso ante un auditorio constituido en gran parte por quienes todavía pueden compartir sus añejas historias de los comienzos de esta localidad pujante, que se levanta a pocos kilómetros de la capital provincial.
Acompañaron al gobernador el intendente local, Diego Argentino Pedrozo, intendentes de las localidades vecinas, legisladores provinciales y locales, además de los homenajeados y vecinos.
Resaltó el mandatario en parte de su alocución: “El sostén del progreso sólido es la gente y nace de esa voluntad inquebrantable de entender el misionerismo como un proyecto de vida y de construcción de una sociedad mejor. Hoy estamos acá rindiendo homenaje a ustedes y a aquellos y a los que vendrán”.
Según consta en los archivos históricos, Cerro Corá ya existía en 1894, tal como lo reconoce un decreto firmado por el presidente Luis Sáenz Peña por el cual ordena la división de Misiones en secciones. La picada maestra culminada en 1911 que pasaba junto a Cerro Corá era la principal vía de comunicación entre el río Paraná y San Javier en la costa del río Uruguay, lo que motivó el crecimiento del pueblo. Incluso otras localidades hoy mayores como Bonpland y Leandro N. Alem fueron fundadas sobre la base de colonizaciones originadas en Cerro Corá.
Al tiempo que Passalacqua reflexionaba sobre la fecha que se conmemoraba, uno de los pioneros le apuntaba aspectos importantes sobre la génesis de la localidad. Cuentan que allí existió una acopiadora de tabaco y una de caña de azúcar que ocupaba mano de obra local y fueron importantes para los colonos que allí vendían su producción. Con el tiempo esta ruta fue disminuyendo en importancia y el pueblo pasó de tener mucho menos habitantes. En la actualidad, con el impulso de vecinos y de interesantes proyectos culturales, se llevaron adelante –y continúan- distintas acciones para reforzar la identidad y volver a traer a los hijos y descendientes del terruño al lugar.