El Parque Provincial Esmeralda está en el corazón de la Reserva de Biosfera Yabotí. Tiene 31.619 hectáreas y para llegar a él hay que viajar unos 55 kilómetros desde San Pedro. No recibe visitantes, solo investigadores. En ese espacio de difícil acceso, los guardaparques llevan adelante una intensa tarea para frenar los embates de los cazadores furtivos, que acechan tanto del lado argentino como del brasileño.
Los agentes del Ministerio de Ecología que trabajan en el lugar tienen el privilegio de estar ante paisajes únicos y la compañía de animales como tapires, pecaríes, venados y pumas. Son ellos, precisamente, las presas que buscan los depredadores humanos.
Para llegar a Esmeralda, hay que pasar San Pedro pueblo. A la altura de Gramado, se toma la ruta provincial 27, hasta Colonia Siete Estrellas. Desde allí el recorrido se hace por la provincial 16 (terrada) hasta el paraje San Juan. Luego, hay que dirigirse a Picada Unión, donde se ingresa ya a la Biosfera Yabotí. Allí el viaje continúa por propiedades privadas hasta llegar finalmente al parque provincial. “Hacemos guardias de una semana. Hay mucha presión de caza. Desde el sector Oeste del ANP son los argentinos, y desde el Este, en la zona del Yabotí Miní, de brasileños. En cada patrulla, confirmamos la presencia de furtivos, pues hallamos campamentos, cebaderos y sobrados. O directamente sorprendemos a los cazadores”, ilustró Ibarra, quien añadió que en el caso de los depredadores foráneos, hacen 30 o 35 kilómetros después de cruzar el Pepirí Guazú, a caballo o en motos. Los argentinos, en tanto, llegan por la ruta provincial 21. Suelen disimular sus rastros. Nosotros llegamos hasta ellos por los senderos vehiculares o en kayak por los arroyos”.
Fuente: Ministerio de Ecología