En buen estado de salud, después de un tratamiento que demandó dos meses, fue devuelta a su hábitat una serpiente Ñacaniná negra o arborícola (Spilotes pullatus). En la rehabilitación del ejemplar trabajaron codo a codo guardaparques provinciales y nacionales y veterinarios que determinaron el tratamiento a seguir.
Todo el proceso se concretó en el Parque Ecológico El Puma de Candelaria, que depende del Ministerio de Ecología. Es una historia con final feliz que demuestra el valor del trabajo conjunto y la dedicación de los agentes de preservación para el cuidado de la fauna autóctona.
Todo comenzó el 26 de marzo por la tarde, cuando la Intendenta del Parque Federal Campo San Juan, María Gimena Martínez, avisó a El Puma que el guardaparque Gabriel Capuzzi había rescatado una Ñacanina negra encontrada en el sector de visitantes del área natural protegida ubicada en Santa Ana.
La serpiente tenía una importante herida. La llevaron al centro de rehabilitación de Candelaria, donde fue atendida por la médica veterinaria Sol Pszegostski. También recibió asistencia del veterinario Marcos Fiotto, en las instalaciones del Centro de Derivación y Diagnóstico Veterinario (CeDDiVet).
El ofidio se encontraba deshidratado, con bajo peso. Se le hizo una anestesia y un monitoreo con doppler vascular. En cuanto a la herida, le practicaron un desbridaje quirúrgico de la lesión (eliminación del tejido muerto, dañado o infectado), con apósitos o parches con antibiótico. Fue el inicio del largo camino de la recuperación.
Durante los primeros días, le suministraron analgésicos y tuvo un minucioso control de peso. Por suerte, siempre mostró tendencia positiva. La Ñacaniná empezó a comer sola. Evidenció, en un principio, la presencia de ácaros en la herida. Recibió entonces, una medicación específica.
Los chequeos continuaron con una ecografía practicada por la veterinaria Fernanda Markendorf. El 10 de mayo, se sumaron las terapias láser, con el apoyo del Centro de Fisioterapia y rehabilitación de la veterinaria Eneide Carolina González. Gracias al equipo especial utilizado, y la colaboración de la estudiante de último año de Veterinaria Norma Ayala, el tratamiento fue exitoso.
En el tramo final de la rehabilitación, hubo sesiones de fototerapia, también en el Centro de Fisioterapia.
Con el alta, la herida curada y el peso adecuado, la serpiente fue llevada el viernes último, al Parque Federal Campo San Juan. Fue el retorno a su hogar. Volvió a la naturaleza gracias al trabajo colaborativo de muchos profesionales.
Fuente: Ministerio de Ecología